El dirigente de Quellón, quien ha trabajado por años en el tema de la contaminación de marea roja por el traslado de peces en wellboat desde las islas Guaitecas, invita a la ONG ambientalista a intercambiar antecedentes científicos respecto de los estudios realizados sobre el vertido de salmones muertos al mar
Aunque dice no tener en su poder el estudio científico realizado por la ONG ambientalista Greenpeace, el dirigente Quellonino y director de Conapach, Marcos Salas, dice estar de acuerdo con la tesis difundida a través de los medios de comunicación.
“La gente de Greenpeace hizo una exposición en Ancud y hay opinión de la gente pero también hay controversia, porque hasta el minuto solo se trata de una declaración, tal cual lo hicimos ver los pescadores artesanales en su momento”, argumentó.
“Lo que dijimos en ese entonces -agregó el dirigente-, es que según el reglamento de Marea Roja no se deben trasladar ningún tipo de fitoplancton contaminado con Marea Roja desde lugares como Guaitecas hacia zonas que no estaban afectadas como Quellón, se lo hice ver a la autoridad de Salud y del Sernapesca”.
Para Salas, ese mismo principio de aplica al traslado y vertido de pescado muerto por el crecimiento explosivo de Chattonella o Floraciones Algales Nocivas (FAN), a un lugar en medio del océano donde está limpio. “Hoy día esa normativa está en el Sernapesca y en el Servicio de Salud, sin embargo, cuando la armada y el gobierno decidió el vertido de salmones muertos en el mar no les importó nada”.
“Es lo que Greenpeace plantea en su primer extracto, diciendo que el Servicio de Salud no tenía ningún informe que dijera que existía marea roja en la región de Los Lagos pero sí, que los wellboat que descargaban en Calbuco traían Marea Roja desde Guateicas y esto se mezcló con la chattonella, que sumado al aumento de casi 4 grados en la temperatura del mar, sol, el ácido sulfúrico producido por la descomposición, entre otras condiciones, hicieron que se formara un caldillo de nutrientes que hizo que la Marea Roja explotara exponencialmente”, enfatizó.
Para terminar, el director de Conapach, recalcó que los estudios que hizo el gobierno se hicieron fuera de plazo, cuando ya habían pasado meses del vertimiento de salmones al mar y no existían ya evidencias de la cantidad de desperdicios que se botaron. Por eso, la comunidad de Quellón, a través de la Comisión de Marea Roja, les gustaría reunirse y obtener los antecedentes científicos que maneja Greenpeace al respecto, “ya que llevamos alrededor de 14 años conviviendo con la Marea Roja y tenemos bastante experiencia de cómo funciona y seguimos trabajando para mantenerla controlada”.