En el Año Internacional de la Pesca Artesanal y la Acuicultura (IYAFA 2022, por sus siglas en Inglés): Entrevista a Zoila Bustamante Cárdenas, Presidenta de la Unión Latinoamericana de Pesca Artesanal y de la Confederación Nacional Asociación de Pescadores Artesanales de Chile (CONAPACH)
26 DE JULIO 2022
En esta entrevista, Zoila Bustamante Cárdenas, pescadora de Chile, explica el papel fundamental que tienen las asociaciones, organizaciones y grupos de pescadores para aumentar la resiliencia de la pesca artesanal y la acuicultura.
El Plan de Acción Global IYAFA 2022 tiene la Resiliencia como uno de sus 7 pilares. En su opinión, ¿cómo puede este año generar conciencia sobre los riesgos que enfrentan todos los días los pequeños agricultores por el cambio climático y los desastres?
En este año tan importante para la pesca artesanal y la acuicultura, lo primero que quiero señalar es que el Estado tome conciencia y reflexione sobre el valor de la pesca artesanal y los espacios de pesca, porque es el Estado el que regula nuestra actividad e invierte recursos tanto en nuestras zonas de pesca – ‘caletas’ en Chile – como en nuestra comunidad pesquera. Las autoridades junto con sus colaboradores deben escuchar a las pescadoras y pescadores sobre lo que es importante para el desarrollo de la actividad y qué acciones o decisiones ponen en riesgo la preservación de nuestra cultura e identidad. Por eso es necesario ir a esas caletas porque todas son diferentes. Creo que de esta manera se puede fortalecer la resiliencia de nuestras comunidades, con políticas públicas locales, con decisiones basadas en el conocimiento y no en juicios sesgados que terminen afectando y poniendo en riesgo el futuro de nuestras comunidades que se dedican a la pequeña escala. pesca y acuicultura.
Quienes representamos a las pescadoras y pescadores tanto a nivel internacional, nacional, regional y local, también tenemos la responsabilidad de generar conciencia, primero en nuestras zonas de pesca, pero también con otros actores que realizan actividades en los diferentes espacios donde se desarrolla nuestra actividad, especialmente en las que son industriales, y nos alertan cuando se producen alteraciones por efecto del cambio climático, la contaminación y la falta de respeto al medio ambiente, porque el daño es irreparable y muchas veces no puede revertirse.
En las últimas décadas, los desastres naturales provocados por el hombre se han vuelto más frecuentes y cada vez más destructivos, y desde el comienzo de la pandemia de Covid19, el discurso sobre la resiliencia ha adquirido un papel cada vez más importante en los sistemas alimentarios sostenibles. En su opinión, ¿cuál es la mejor manera de aumentar la resiliencia, incluso a través de la adaptación al cambio climático, la mejora de la seguridad en el mar, etc. para los pescadores artesanales, piscicultores y trabajadores de la pesca?
En mi opinión, las áreas de pesca deben fortalecerse de manera integral y sostenida, identificando los puntos que nos permitan desarrollar nuestra actividad y que nos garanticen la permanencia y el desarrollo en el tiempo. Tenemos una Ley de Caleta que hay que fortalecer, inyectando recursos, difundiéndola, ya que es una de las pocas leyes que nos ampara y puede ser muy positiva si queremos aumentar la resiliencia. No es posible que, debido al desarrollo acelerado de las ciudades y las nuevas tecnologías, nuestras comunidades no tengan la oportunidad de un relevo generacional o un trabajo digno para vivir con las comodidades y privilegios que disfrutan quienes viven en las ciudades. El progreso no puede ser de unos pocos y tampoco puede ser a costa de los pueblos pesqueros. Sabemos que la industria en nuestro país genera un daño ambiental que ha sido desastroso para la cultura e identidad de la pesca artesanal, por ello, es necesario incorporar a los pescadores y pescadoras en las políticas públicas que impulsa el Estado sobre la gestión integral de los sistemas alimentarios y los territorios rurales, porque son los pescadores artesanales quienes han desarrollado la actividad de manera sostenible, hemos sido resilientes a las crisis, a normativas, a los desastres naturales, nos hemos levantado una y otra vez ante la adversidad y el mar ha sido nuestro sustento y por eso lo respetamos, porque es nuestra fuente de vida y de trabajo.
Los pescadores artesanales, los piscicultores y los trabajadores de la pesca en pequeña escala se encuentran entre los más vulnerables del mundo frente a la degradación ambiental, las crisis y los desastres naturales y el cambio climático. ¿Cómo pueden actuar los gobiernos para mitigar sus pérdidas y riesgos? ¿Qué recomendaciones daría a los políticos?
El gobierno siempre debe actuar y saber cuáles son las condiciones de nuestras zonas de pesca cuando ocurre una crisis o un desastre natural, no puede ignorarlo. Sabemos que las cosas no pasan de la noche a la mañana, también sabemos que las cosas no pasan solas, por eso es importante que el gobierno y los tomadores de decisiones tengan claras nuestras actividades y actúen para atender las necesidades de primer orden y luego un seguimiento según sea necesario. El gobierno debe actuar, viendo las realidades y las consecuencias que conllevan, por ejemplo: la regionalización, la movilidad de los pescadores, las zonas que son de acceso común, las zonas contiguas, temas que se tienen que ver, por ejemplo, no desde la propiedad sino desde el bien común, desde el bienestar, porque detrás de cada pescador o pescadora hay una familia que alimentar. Por lo tanto los encargados de crear políticas públicas deben ser conscientes de los temas que nos afectan, hay servicios públicos que deciden o toman decisiones sobre temas que nos afectan, pero no conocen nuestra actividad, no saben de nuestra existencia ni de la la normativa que afecta a la pesca y la acuicultura, y a todos los que operan en el sector. Por eso deberían al menos consultar a los servicios públicos que tienen nuestras estadísticas, que invierten en nuestras áreas, para no perjudicarnos. A veces en las áreas nos enteramos de un cambio cuando ya está ocurriendo y eso no puede ser.
¿Cómo pueden las asociaciones desempeñar un papel en el aumento de la resiliencia de los pequeños productores? ¿Puede compartir ejemplos concretos a nivel nacional y regional?
Asociaciones, confederaciones, federaciones etc. seguirán jugando un papel fundamental en la resiliencia de nuestro sector, somos la voz de nuestros socios ante las autoridades centrales, ante el parlamento y el Estado en general. Para aumentar la resiliencia necesitamos que el Estado no nos deje fuera, como nos pasó con el Instituto Nacional para el Desarrollo Sostenible de la Pesca Artesanal y la Acuicultura en Pequeña Escala (INDESPA), que no puede recibir recursos para desarrollar acciones representativas o proyectos que promuevan los pilares de IYAFA 2022, por ejemplo. Ante crisis o desastres ambientales o naturales, somos los primeros en llegar para ayudar a nuestros compañeros y sus familias, la pesca artesanal es alimento ante las crisis, por eso es importante que seamos reconocidos y promovamos y apoyemos nuestra actividad. Hay zonas de pesca que han aumentado su resiliencia luego de desastres naturales como los sismos, como las zonas de la región del Bío Bío e Iquique, han vuelto a levantarse y han generado conciencia en sus comunidades sobre el uso del litoral. También tenemos zonas que trabajan en repoblamiento y acuicultura artesanal y muchas de estas concesiones son operadas por mujeres y sus productos son distribuidos en escuelas públicas en el marco de la política de alimentación saludable, los gremios de pescadores y pescadoras son titulares de derechos de Áreas de Manejo y Aprovechamiento de Recursos Bentónicos y que son aprovechados de acuerdo a un plan de manejo sustentable de los recursos, tenemos mujeres en el sur de Chile que trabajan y cultivan algas y cuya actividad es el sustento de sus familias.
En relación al género, estamos trabajando con la Asociación Gremial nacional de mujeres pescadoras artesanales de Chile “A.G. Mujeres Tejiendo Redes” para fortalecer la actividad de pesca artesanal en todas las categorías del registro de pesca artesanal. Tenemos mujeres que han ganado espacio en la pesca, el buceo, la recolección de algas y mariscos, la acuicultura en pequeña escala, como tripulantes y ayudantes de buzos mariscadores y que requieren oportunidades, capacitación y recursos para tener sus embarcaciones y realizar el trabajo con dignidad. Otros se han diversificado en agregar valor a los recursos que nos brinda el mar y requieren un apoyo constante para generar redes de comercialización de los nuevos productos, y en esto las asociaciones son fundamentales para movilizar recursos y el apoyo para seguir creciendo.
A nivel internacional, con la Unión Latinoamericana de Pesca Artesanal (ULAPA), el trabajo que hemos realizado ha sido fundamental para visibilizar y ayudar a todas las comunidades pesqueras artesanales de América Latina y el Caribe, a la vez cuando estamos siendo golpeados directa y profundamente por los efectos del cambio climático, la pesca ilegal y los subsidios que la Organización Mundial del Comercio (OMC) está otorgando a las grandes transnacionales pesqueras. La idea es hacer una fuerza común para hacer frente a todos aquellos factores que hoy nos amenazan como sector y que pretenden hacernos desaparecer.
También participamos en la Red Iberoamericana de Pesca Artesanal para fortalecer alianzas que permitan a las organizaciones de pescadores artesanales tener una voz más fuerte ante los organismos internacionales.
Debemos transmitir que los problemas se pueden abordar y trabajar en conjunto y que en la pesca artesanal y la acuicultura todos somos muy similares, tanto de este lado del Pacífico como del Océano Atlántico, por eso estamos trabajando juntos para que el Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura no pase desapercibido, ya que no debemos olvidar que la pesca artesanal a nivel mundial es una potencia alimentaria y finalmente añadir que nuestro sector apoyará y promoverá las Directrices Voluntarias para Asegurar una Pesca Artesanal Sostenible lograr la sostenibilidad de la pesca artesanal en el contexto de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza.